domingo, 15 de noviembre de 2009

A LAS CAMPANAS




Agita, la campana, su fiero bronce
cuando la mano del niño mece
la cuerda que le aferra a la vida,
lanzando, a las alturas,
su melancólica cantinela.
Algunas veces, baila en el campanario
cuando el agua moja el llanto del inocente
o cuando el júbilo entona, de blanco, un “si quiero”;
Otras, lamenta que una triste y fría caja
torne los ojos del individuo
y, en afligida melodía,
pide, a los vivos, una plegaria por los que se han ido.
Y otras, desde la furia, nos alerta
cuando el fuego, con saña, devora el horizonte
y, con su amargo velo de humo, cubre el aire.
Ellas, eternas reinas de las torres,
orgullosas, quiebran el silencio.
¡Yo se que estáis vivas, tanto en el corazón,
como en el alma de los pueblos!..

1 comentario:

  1. Que bello Pepe, las campanas tañendo en diferentes paisajes y rompiendo la monotonía dominical de los pueblos. Cómo dices ellas son la voz en el viento que llaman, invitan o lloran algún acontecimiento.
    Eres un poeta de lujo.
    Mi cariño
    Cecy

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