lunes, 21 de junio de 2010

el sol de enero






Déjame que te recuerde el sol de enero
cuando lento, lamía tu cuerpo desnudo
en aquellos día de luz, en aquellos días nacientes;
déjame que te recuerde tu casa y la mía,
el paragüero en aquel rinconcito de la sombra y el aire,
los cuadros que tiritaban en la pared y…. tu sonrisa.
Déjame que te recuerde el sol de enero,
los ojos de la luna, las largas noches de la quimera,
la lluvia que lloraba en la ventana,
y los días del abrigo, ¡ay, aquellos días!.
Déjame que te recuerde el sol de enero,
los besos que me dabas,
la mano, cómplice y víctima de la caricia,
el espacio perdido en nuestros cuerpos,
el aire exhalado,
el suspiro que solía afirmar su dominios
entre tus palabras y las mías.
Quiero recordarte el sol de enero,
aquel que vivimos buscando el contacto,
el agua, el tiempo y las miradas
que tú me concedías desde el borde de la ventana.
Déjame, por tanto, recordarte el sol de enero,
pues ya no me bastan los días callados
para no dedicarte estos silencios,
para no distinguirte entre otras.
¡Déjame, mujer, que te recuerde el sol de enero!

1 comentario:

  1. Vi en youtube un poema dedicado a tu pueblo, Sta Ana, me encantó.

    Un saludo

    ResponderEliminar