martes, 1 de marzo de 2011

que estos versos no sean en vano

A mis amigos colombianos, para que la paz, sea siempre, una constante en vuestras vidas.


En esta casa sin memoria, entre estas paredes azules

donde cuelgan, en pinturas inertes, caballos al galope;

donde a los hombres les nacen lágrimas en los ojos,

un monótono suspiro

y palabras que surgen ya cansadas;

en esta casa, digo, en estos barrios en los que moro,

te escribo versos sosegados,

flores que amanecen moribundas en los jardines del tiempo,

y malezas frías que mueren maldiciendo su existencia.

En vano te escribo, en esta soledad,

para que tu voz comparezca ante el júbilo;

para que el fusil, amigo de la muerte,

comparezca ante la derrota;

para que el machete que rompe canciones de amor

comparezca, preso, ante la vida.

En vano te escribo figuras en los párpados,

en las ondas que viajan por ojos yermos.

Te escribo para que, en tus mejillas, crezca

el sabor tierno del contacto,

para que, en tus manos, germine la rama del olivo

y que la vida te derive hacia la paz

Te escribo para que estos versos no sean en vano,

para que llenen, de aire, tu libertad, la mía

y la de cada individuo cuyo único delito

sea sentirse libre y vivir por ello.

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