domingo, 17 de abril de 2011

El señor banquero

Vuelvo a casa, la arcilla llora de polvo sobre el camino, las farolas están tristes, no tienen aquellas bombillas, que antaño, alumbraban la sonrisa de la tierra.

Dije que vuelvo a casa, en el camino, observo como un hombre pide trabajo a la sombra de una centenaria encina, a su vivienda le falta su fachada blanca, también le falta, el humo de la algarabía y los troncos relamiéndose en el fuego.

-Dije que pide trabajo-.

Por fin remonto la colina, a las rejas de mi patio les falta el óxido de la calle, visten de un verde olivo que engalanan sus hierros forjados. Se me olvidó comentar que soy banquero y vivo en la avenida más alta de esta ciudad y en la mansión más elegante de esta travesía sin diminutivos.

Enciendo mi gran televisor de plasma y oigo como el presidente del gobierno, comenta que estamos saliendo de la crisis. Sonrío mientras apuro mi copa de brandy.

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