miércoles, 27 de abril de 2011

No debo pensar





No debo pensar;

pensar me cuesta el silencio,

las lágrimas que languidecen

en los costados de mis córneas.

Pensar me lleva al universo

donde las cosas vuelan,

cambian de color

y nadan en nubes áureas sin forma.

Pensar es un cajón yermo,

donde tan solo habita una nota

que me dice “adiós amor mío”.

Pensar es una flor

que agoniza en un florero al poniente,

es una casa en las tinieblas,

son oscuros celajes que cubren los ojos del recuerdo,

son palabras que se aferran

a mis manos de tinta

y … es ella,

siempre es ella, dormida en el lecho de mis labios,

acunada por la vida

y por la juventud que ya consume

su tiempo elegido.

Pensar es ella, no debo pensar, no debo, no debo.

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