domingo, 7 de julio de 2013

A CÁCERES

Hace muchos años, tantos que la memoria me juega malas pasadas. Sentado en la parte antigua de Cáceres y sabiendo que iba a tardar mucho en volver a sumar el tacto de sus historicas piedras, con él mío, pobre, triste y aventurero, como siempre. Escribí este poema.


A CÁCERES

¿Quién acallará tu llanto de luna,
tu lamento de piedra milenaria?
¿tal vez la sombra donde se tiende mi dolor,
donde la razón pena
en la cosecha de las mieses?
Ciudad escrita en parpadeos,
ciudad de la espiga y el granito,
surgida del arte de los canteros,
donde la hiedra esculpe la esperanza
de aquellas tierras del cóndor y los ponientes;
Ciudad musical, lágrima de los arpegios,
Golfines en las alturas donde maduran los sueños,
ciudad fundadora de soles,
torres que infinitas cubren los aires,
campanarios nacidos en los amaneceres,
bronces lanzados al vuelo.
Perpetua primavera te puebla de rosas.
Vuelve la tierra callada a parpadear
y Cáceres, ciudad de leyenda y asombro,
ante la historia se detiene.

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