jueves, 20 de febrero de 2014

GUERRA


GUERRA
José Cercas
Termina el ocaso,
como terminan todas las cosas del combate.
Ya queda silente el canto de los anacoretas.
El valle enmudece ante la voz terrible de la turba.
La abadía viste su cripta centenaria,
cuando el designio final de la espada,
busca, en la carne, su víctima de fuego.
El martirio sobre la losa gris de la tierra.
la herida abierta por la furia del machete.
Arde el penitente al grito del verdugo.
Ya la campana cede su pecho de bronce
y va a morir al borde del acantilado.

Ya la muerte del cautivo.
Allí el caballero herido lame
su fusta de hierro: ¡Arde la muerte!
Ya comienza la historia.


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